Limpieza emocional, curación del pasado

La curación puede producirse en el presente sólo cuando nos permitimos sentir, expresar y liberar emociones del pasado que hemos reprimido o tratado de olvidar.  Esto es el drenaje emocional.

En la medicina tradicional, cuando hay un absceso, hay que abrirlo con un corte y hacer salir el pus.  El dolor desaparece casi de inmediato y luego de eso puede formarse tejido nuevo y sano donde estuvo el absceso. 

Lo mismo sucede con las emociones, porque también se encierran entre paredes, causan dolor y absorben energía si no las experimentamos y liberamos.

Dado que nuestra cultura venera el dominio de las emociones, y engrandece el sufrir en silencio, es muy fácil reprimir esas liberaciones naturales y desconectarnos cada vez más de los mensajes que contienen.

Cuando a una mujer le vienen ataques de pánico, o llanto o gritos, algo emocional esta saliendo a la superficie para ser procesado.  

Por fuera puede parecer que esa mujer está derrotada, o descontrolada. Sin embargo, lo que está sucediendo es que simplemente se esta permitiendo que tenga lugar un proceso de curación dentro de su cuerpo; el intelecto ha cedido el mando a la sabiduría innata del cuerpo.

Con muchísima frecuencia los médicos recetan medicamentos en estos casos, causando en consecuencia que el proceso natural de curación de la mujer pueda quedarse estancado durante meses o años.

Lo importante es animarte a permanecer con lo que estás sintiendo, a introducirte en ello y llorar o gritar todo el tiempo que sea necesario, estando presente en forma plena con tu yo más profundo.  Descubrirás que tu cuerpo tiene una forma innata de sanar incluso recuerdos y acontecimientos muy dolorosos de su pasado. 

Cuando estés dispuesta a permanecer con ¨ lo que es ¨ en lugar de huir de ello, serás capaz de resolver experiencias dolorosas que han estado dormidas durante años, robándote la energía. 

Cuando te permites una completa liberación emocional, el cuerpo, la mente y el espíritu se sienten limpios y libres. 

Vuelve la comprensión, enterrada hacía tanto tiempo. 

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